albur
Cómo decirte cuánto lo siento
si nunca estás
salió
no se encuentra
partió a Irak
temo que has sido abducido
por alguna migración de bandurrias
sabrás que los de aries no poseemos
habilidad para disculparnos
cuando nos decidimos es ahora o nunca
te he buscado en la plaza en las calles en los cafés
en los cajones en los armarios en las iglesias
en los bolsillos del gabán azul
he consultado hechiceras tarot analistas
he torturado celulares teléfonos ordinarios
alámbricos e inalámbricos
once palomas mensajeras han fracasado
y ahora hacen terapia de grupo en el balcón
recostadas sobre una azalea fucsia
te he dejado mensajes sobre vidrios empañados
en los baños de la frontera
en los parabrisas
en los espejos
en la butaca quince del Teatro Colón
adentro de una botella arrojada al Pacífico
sólo resta este espacio navegable
improcedente híbrido plano
especulando dar contigo y tu obcecado silencio.
¿Aún es posible lo nuestro,
Dios?
diana poblet -
2 comentarios:
Querida Diana: tu palabra no es un albur, es una certeza de maravilla.
Me encanta este poema.
Besos cariño,
Migdalia
Gracias Mig por recibirme en una casa tan ordenada y prolija, con tanto perfume a poesía y adonde siempre hay un café que me espera.
Con mil cariños,
d.
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