viernes, julio 14, 2006

Rencor [Migdalia B. Mansilla R.]


La puerta estaba entreabierta. Un sonido extraño, lejano, llegaba casi imperceptible. Pero él, acostumbrado a los sonidos del campo, sabía que algo raro y diferente estaba pasando.
Se asomó con sigilo, como si alguien estuviera tan cerca que pudiera tocarlo.
Oteó el horizonte, los alrededores. El sonido, la bulla extraña, parecía venir de la línea azul que ya pintaba naranja.
No podía descifrarlo. De repente, se hizo el silencio.
Sintió un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo.
Las manos le temblaban, las piernas desfallecieron y fue rodando hasta caer de rodillas.
Fijó la mirada en el piso. Sintió un peso inmenso en la espalda, mientras intentaba levantarse, caía una y otra vez .
Una sombra se iba acercando. El terror lo invadió por completo. Cayó de bruces. La cabeza se estrelló contra el piso.

Cuando abrió los ojos, horas después, le contaron que la mujer que había amado, su mujer, la que se fue con Juan Primito, la había asesinado un hombre que escuchaba el silbido de la muerte.

Nunca pudo explicar Ramón, cómo es que pudo estar en dos partes a la vez.

Migdalia B. Mansilla R.
Fecha: cuando el rencor en los hombres hace imposible el olvido.
Junio 20 de 2006

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